domingo, 4 de septiembre de 2011

Día 21: de Martigues a ... casa

Hola a todos..

Esto ya, sí que se acaba.

Nos levantamos pensando que la siguiente cama donde dormiremos será la nuestra, y con una mezcla de ilusión y desgana recogemos por última vez en este viaje todos nuestros bártulos.

Un desayuno como los que luego no hacemos en casa y al coche.

Resistiéndonos un poco a que nuestra ruta acabe, atravesamos la Camarga en coche. Después de que el GPS (menudo viaje está dándonos) nos haga coger un ferry para atravesar el río Ródano, conducimos por carreteras estrechas entre las salinas del parque natural. Los robustos caballos blancos tan característicos de esta región salpican las verdes praderas, los altos juncos esconden esbeltos pájaros de cuellos largos y picos finos, rojas libélulas rebolotean cerca del agua, los negros toros pastan tranquilamente y los gitanos recorren el parque montados en sus caravanas de alegres colores. Qué bonito!!!

No pudiendo retrasar más lo inevitable la autopista nos lleva hacia la frontera. Ante la cercanía de los Pirineos el cielo empieza a nublarse, cómplice de nuestra morriña.

Una parada para comer y disfrutar de los últimos momentos del viaje y ahora sí que sí.

Rodeados de coches con matrículas españolas avanzamos, kilómetro a kilómetro, hacia casa, viendo como el atasco de la salida de Barcelona se va haciendo cada vez más denso.

Mientras cogemos desvío tras desvío, comparamos las carreteras de nuestro hogar con todas aquellas que hemos recorrido en nuestro viaje. Recordamos los hoteles, las ciudades, las anécdotas y los pequeños problemillas que han ido surgiendo y que ahora nos hacen sonreir. Nos quedamos con lo mejor, que ha sido mucho, con el azul del Adriático y el frío de sus aguas, con el verde de los bosques y el sonido de las cascadas, con la historia que hemos encontrado en las paredes de los edificios y en los caminos, con las piedras de los castillos, con las puestas de sol, con las sonrisas de la gente y, en definitiva, con todo lo que hemos vivido.

Deshaciendo las maletas van apareciendo planos, entradas y guías de viaje. Entre la ropa encontramos recuerdos, llenamos lavadoras para quitar el polvo del camino y la sal del agua que han quedado impregnados en los tejidos, la morriña y la añoranza al revisar las fotos nos hace pensar, ya no en todo lo vivido, sino en lo que queda por vivir.

¿Ande andaremos de aquí a un tiempo? Ni nosotros lo sabemos, aunque miles de ideas comienzan a tomar forma en nuestras cabezas...

Km. 514
Km. Finales. 5661

1 comentario:

PAPI dijo...

?Ande andareis ¿ Seguro que ya ronda en vuestras mentes andarinas , algun que otro destino.? Cual sera¿ el tiempo ,no muy lejano lo dira.¡¡¡¡¡¡ Feliz vuelta¡¡¡¡¡¡¡¡¡