Buenos días!
Hoy nos hemos levantado sin muchas ganas, porque ya hay que volver a casa, además,nos asomamos a la ventana y llueve... qué pereza da salir de las sábanas...
Pero es lo que toca, volver a casa y empezar a pensar en el siguiente viaje. Así que, una vez todo recogido, y bien desayunados, nos despedimos de nuestra anfitriona, esperando volver algún día.
Sin muchos planes, decidimos visitar la única cosa que, según nuestra guía, nos falta por ver en la región, la ciudad de Elne, donde estuvieron Anibal y sus elefantes en su camino a Italia y famosa por el claustro de su catedral.
Por suerte, deja de llover y podemos llegar a Elne en el tiempo previsto. Llegamos a la puerta de la catedral tras intentar seguir unas rutas turísticas marcadas por la ciudad y, cual es nuestra sorpresa al ver que los lunes el claustro cierra. ¿Será posible la mala suerte... o no? Al ver una puerta abierta, como ovejas un poco tontas, nos metemos por allí y resulta que a los dioses les habremos dado un poquito de pena ya que "excepcionalmente" hay un grupo visitando el claustro y lo tienen abierto al público durante un rato!!! Allá vamos a visitar el magnífico claustro, con sus preciosos capiteles!! Ya es más de lo que pensábamos visitar hoy!!
Salimos contentos y felices, recorriendo las callejas de Elne y escuchando las 40 campanadas de su campanario, y ponemos rumbo a casa, pero pasando por la carretera de la costa hasta la frontera, atravesando pueblos como Collioure, Argèles y Port Vendres, hasta Cerbere y, de allí, a Portbou.
Una parada estratégica para llenar nuestras barriguitas en Port Vendres y así aprovechar para dar un paseo por su pequeño puerto, lleno de vida, restaurantes y tiendas, la verdad es que tiene bastante encanto!!
La carretera hasta la frontera es sinuosa, curvilínia, acantilosa y con un magnífico paisaje!! Poco recomendable para la gente con tendencia a marearse pero a los amantes de las curvas os encantará. Además, justo después de Banyuls sur Mer encontramos un mirador en el Cap Cerbere, desde el que se aprecian unas vistas increibles de la abrupta costa y donde hay una especie de faro antiguo (que actualmente funciona con energía solar!).
Y poco a poco, atravesando la frontera, vemos el cartel "España" y los pueblos empiezan a estar rodeados de horribles zonas industriales... ya estamos en casa!!
Nos vamos alejando de la costa, dejando atrás nuestro Mediterráneo y adentrándonos en el interior para alcanzar nuestra odiada y amada autopista y tras unos dos mil tramos de obras la circulación se va haciendo más densa al mismo tiempo que las nubes se hacen más ligeras... que ironía! Seguro que mañana hará un sol impresionante...
lunes, 25 de abril de 2011
[+/-] | Día 5: La vuelta a casa |
domingo, 24 de abril de 2011
[+/-] | Día 4: Al compás de chacachá!! |
Hola, holitas compañeros de viaje!
Esta mañana, aún en la cama, antes de abrir los ojos hemos abierto las orejas, para intentar detectar cualquier posible ruido de gotas golpeando el suelo y... no existía tal sonido! No llueve!! Claro, que tampoco hace sol, no se puede pedir todo... ¿no?
Así que un poco animados ante la mejoría del tiempo nos vestimos y bajamos disparados a por nuestro desayuno, ansiosos de iniciar nuestro día. Sharon, nuestra encantadora anfitriona, siempre tan atenta, le ha traído ha Sergio una especie de cereales bajos en todo y supersanos, que ayudan a regular el colesterol y diez mil maravillas más, y ella, toda contenta, le ha preparado un tazón. Cuando lo he visto hecho, por fin he acertado a saber que era ! Copos de avena! Gachas como las que desayunan en las pelis! Pero la verdad... yo me quedo con los croissans. Igualmente, muchas gracias, Sharon, eres un encanto!
Pues ya en nuestro coche, decidimos ir al Priorato de Serrabona, pequeño pero muy bonito. Ha sido curioso llegar antes que la señora que tenía que abrir el monasterio, iba con un cochecillo roñoso a toda leche por la carretera de curvas!!! Y además, nada más salir del coche, de la nada apareció un gato, negro, sarnoso, que nos perseguía allá donde íbamos. ¿Que nos parábamos? El minino se paraba y nos miraba. ¿Qué nos metíamos en el bosque? El felino buscaba un atajo para aparecer a nuestro lado... me ha dado un poco de miedo y todo... hasta se ha metido en el monasterio con nosotros! Creo que olió que les tengo alergia...
En fin, tras visitar el Prieuré, con su maravillosa tribuna de mármol, y con las nubes sobre nosotros, aunque sin lluvia, nos dirigimos hacia Villefranche de Conflent, otra vez, pero ahora con un destino diferente: aprovisionarnos con unos bocadillos y montar en el Train Jaune. Este tren es aún un tren de vía estrecha, que cumplió 100 añitos (ahí es nada) el año pasado y que, en su día, permitió el suministro y transporte de todo tipo de mercancías por una parte de los Pirineos. Ahora, el pobre, privado de su noble oficio inicial, ha quedado relegado a ser usado por guiris varios que se asombran con el paisaje pirenaico.
En fin, con los bocatas en la bolsa y los billetes comprados, nos tomamos un café en el bar Le Canigou, todo dedicado al mundo de los bomberos (que sitio más curioso) y, cuando se hace la hora...Viajeros al tren!!!!
El tren, barato, pues no es, para que os hagais una idea 18 eurines ida y vuelta por persona y el trayecto dura una hora, eso sí, es un tren antiguo, con sus asientos de cuero, sus ventanas a manivela y su dulzón vaivén... al compás del chacachá, del chacachá del treeeeen!!
Nosotros habíamos leído barbaridades que hablaban de hacinamiento, overbooking, superpoblación... vaya, que nos imaginábamos un tren de esos de la India, en los que la gente va colgada por fuera. La verdad es que el tren iba lleno, pero íbamos suficientemente anchos y sin agobios. En verano añaden un vagon sin techo, pero en semana santa aún no están incorporados. También es cierto que en verano, es posible que la cosa vaya más apretada.
¿Las vistas? A partir de que el tren hace su entrada en los Pirineos, propiamente dichos, son impresionantes, los valles, los bosques... Un truskyconsejo: podeis quedaros fuera, entre vagón y vagón para tener unas vistas más alucinantes y una sensación más auténtica (hacedlo vosotros, que nosotros no pudimos!!!!).
Dicen que el recorrido más bonito, pues es el que va entre las montañas, es desde Villefranche hasta Mont-Louis, y eso es lo que hicimos. Cuando salimos del tren, 15 minutitos de subida (sí, subida, otra vez, aquí sólo se sube!! Ya no tengo gemelos, tengo trillizos!!!) y llegamos a la ciudad fortificada, diseñada por Vauban. No tiene demasiada cosa, ya que la parte más interesante, la fortificación militar, tiene el paso restringido porque aún es una fortificación militar en uso!!! Se ven soldaditos por toda la ciudad, todo rapadetes y con los macutos y carteles rojos por todos lados que prohiben el paso, zona militar, riesgo de proyectiles... Desde luego, así persuaden a cualquiera, todo el mundo hacía caso de los cartelitos (cagaos!!!)... casi que un cafetito y de nuevo al tren, ¿no?
El tema de los horarios del tren es complicado, ya que si no quieres estar 4 horas en Mont-Louis (cosa que no recomiendo en absoluto) hay que organizarse bien. A parte de eso, ningún problema! En el andén, emocionados por volver a hacer el trayecto en tren pero esta vez entre vagones, nos íbamos encogiendo en nuestros abrigos... qué aire más fresquito... ¿será por la nieve que vemos en las montañas detrás nuestro? A lo lejos vemos un cosa amarilla que se desliza sobre las vías y nos empezamos a emocionar hasta que... ¿qué leches de tren es ese? Nos encontramos ante nosotros un tren de cercanías, moderno, sin vagones separados, un tren de esos que puedes andarte de una punta a la otra... noooo! Queremos el antiguo!!!! Pero qué le vamos a hacer, una vez acostumbrados, agradecemos no habernos expuesto al aire helado y, después de todo, a este tren le han puesto ventanas panorámicas!!
En fin, que tras otra horita de viaje, y tras un corte eléctrico que hace que el tren se pare en medio de la nada, llegamos de nuevo a Villefranche, con un tímido sol asomando entre las nubes (no sé para qué, por que són ya las 6 de la tarde...)
Decididos a aprovechar la poca tarde que queda antes de la cena, pero sin grandes perspectivas, nos acercamos a la Abadia de Saint Michel de Cuixà. Está cerrada, pero nos damos un paseo por sus alrededores y sus jardines. Qué atmósfera más mágica y más relajante, con el sol poniéndose, los pájaros trinando, las flores oliendo y la alergia volando... una maravilla, salvo por el niño de 13 años que está haciendo prácticas de coche con un Picasso al lado de mi Exeo!!!!!!!!!!!! Gendarme!!!!!!!
Deseándo librar a mi coche de semejante peligro, montamos y vamos a ... sorpresa!!! A Villefranche de Conflent!!!! Parece que tenemos el bono, leches. Pero es que tiene unos cuantos sitios para cenar que estan la mar de bien y sólo a 5 minutos del hotel!
Esta vez hemos acabado en una crêperie La forge de Auguste. Qué bien hemos cenado, qué señor más agradable, monsieur Auguste!!! Tiene galettes hechas al estilo bretón, con trigo sarraceno, una masa muy fina y un relleno adequado y tienen caramelo salado casero que está... huuummmmm. Que no se pué'aguantar!
Y así, aún relamiéndome el chocolate de los labios llegamos a nuestra querida Maison, charlamos un poco con los dueños y ... aish... mañana se acaba esto... ¿tan pronto?
sábado, 23 de abril de 2011
[+/-] | Día 3: Sant Jordi |
Buenos días!!
Qué lejos estamos hoy de nuestra Barcelona, en este día tan especial, en Sant Jordi. Aish!! Nos levantamos con la morriña del gentío, del bullicio de las Ramblas, del olor de las rosas y del tacto de los libros... En fin, descorramos las cortinas y que empieze un nuevo día... tormentoso! No vemos el Canigó desde nuestra ventana porque las nubes nos lo impiden, llueve, llueve y llueve y hasta los perros en la calle van con chubasquero!
Nos vamos animando, pues hay gente que abandona el hotel en vista de las previsiones meteorológicas, pero nosotros estamos curtidos en el mal tiempo, miramos a la lluvia a la cara y nos reímos de ella, ja! Y luego ella nos moja... no sé porqué, siempre salimos perdiendo!
En fin, esperando poder aprovechar un poco el día, y tras un croissant bien farci de jambon et fromage decidimos que esta mañana será la de los Plus Beaux Village.
Dirigimos nuestros pasos hacía Mosset, situado en el Valle de la Castellane. El pueblo en si, pos no tiene demasiado que ver pero hay que admitir que la carretera hasta llegar nos ofrece unas vistas magníficas. Bueno, de hecho a la ida no estábamos demasiado atentos al paisaje, sinó más bien a la cortina de agua que nos caía encima y a la estrecha carretera, pero al volver de nuevo hacia atrás, el sol hizo una breve aparición que nos permitió disfrutar de las preciosas y verdísimas montañas.
Más animados por la aparición del astro rey marcamos en nuestro querido Tonto el pueblo de Eus. Mucho mejor que el anterior, para qué negarlo! Su parte alta es preciosa, con su iglesia y toda una serie de calles de piedra, calle-túneles y flores. Realmente precioso y con unas vistas impresionantes. Y además, para aprovechar los escasos rayos de sol, nos hemos tomado un cafetín en una terraza panorámica desde la que veías los Pirineos y los nubarrones que se nos venían encima!!
Acuciados por la necesidad de llegar a una carretera decente antes de que empezase el diluvio universal, decidimos ir a Perpignan, donde la agenda de actividades que había preparada para Sant Jordi prometía una tarde muy entretenida.
De camino a Perpignan hacemos una parada estratégica: Viva el SuperU!
Carretera y manta, o mejor dicho, carretera y paraguas, llegamos a Perpignan, dejamos el coche en la Place de la Catalogne (qué mejor sitio) y, tras una visita a la Fnac para surtirnos de DVD y CD, nuestros agotados pies nos llevan al centro donde hay... nada. ¿Dónde están los tenderetes de libros, las fuentes adornadas y demás actividades santjordinianas que nos habíais prometido? Supongo que la lluvia asusta mucho a los franceses y, además, son poco patríoticos.
En fin, tras la desilusión ante la ausencia de vida festiva iniciamos nuestra odisea personal en busca de restaurante para comer, y tras leer unos... 200 menús y ver unos 48 restaurantes... acabamos en el peor de todo Perpignan!!! Nada más entrar nos ponen flamenco...pero no flamenco bonito, no! Flamenco del horroroso!! El pescado parecía goma, la salsa parecía ... aiigg, ni sé lo que parecía! Qué horror, que dolor de tripita toda la tarde!!! Si es que uno no puede acertar siempre.
Tras dar unas vueltas por la ciudad viendo tiendecillas, manifestaciones anticentrales nucleares y grupos de catalanes cantores (que eran franceses) decidimos huir de la ciudad y volver a los pueblecitos que tanto nos gustan. Y así, con el coche un poco más limpio a causa de la lluvia, vamos hacía Castelnou, otro Plus Village.
Ascensión de la montaña con lacets con lluvia, empieza mal la cosa. Llegamos y... ostras! Cuanto coche! Buena señal! Para momentáneamente de llover... es nuestra oportunidad! Y descubrimos un pueblo encantador, dos calles, empedradas, cuidadas, floridas, en el aire un olor a jazmín, en el horizonte las montañas y las nubes. Qué encanto! Y para colmo, una parada para merendar y quitarnos el mal sabor de boca de la comida: una crepe de chocolate en un local monísimo, con unos bancos llenos de cojines... lástima de Roman, el niño de los vecinos de mesa, que pesao!!! Además, qué niño toma por gusto agua con sirope de Menta teniendo chocolate!
Y aprovechando que empieza a diluviar de nuevo, decidimos volver a casa, que ya es hora y de aquí a nada hay que cenar! Y petit à petit nuestro precioso y mojadísimo coche nos lleva hasta el parquing de nuestro calentito y seco hotel!
Una cena en un restaurante del pueblo (con copilla de vino incluida), una visita expres a la iglesia (que aún no sé porqué está abierta a las 9 de la noche) y a la cama... Mañana, más de todo, aunque espero que a las nubes se les acabe el agua en algún momento!!!
viernes, 22 de abril de 2011
[+/-] | Día 2 - Saint Martin du Canigou - Villefranche - Évol |
Bonjour, bonjour!
Aquí no se puede hablar en francés!! Quien no es holandés, es irlandés.. además todo el mundo habla catalán!!! Vete al extranjero para esto... en fin! Buenos días!
Tras 10 horas de sueño (jiji.. sí, lo hemos conseguido) nos vestimos decididos a ir a la Boulangerie. Menos mal que nuestra atenta anfitriona nos ha pescado al vuelo para decirnos que: andevais! Y nos ha llevado al comedor comunal para dar buena cuenta de nuestro desayuno: yogur con muesli y miel, croissans recien hechos, zumo, café y té.
Con la tripita bien llena y cargados de energía, y tras haber sido lo suficientemente conscientes de que subir al pico del Canigó NO era buena idea (más que nada por la nieve, vamos, caminos cortados, frío, riesgo de multimuerte... poca cosa), decidimos hacer algo más tranquilo: visitar el monasterio de Saint Martin du Canigou .. pero haciendo una ruta de unas 3 horas que lo rodea, atravesando las montañas. ¿Qué es eso para nosotros, intrépidos montañeros? Pues la muerte total... me cachus!!!
Nos dirigimos bien animados al pueblo desde el que salen las rutas a pie, Casteil. Primera odisea: ¿¿De dónde leches sale el camino?? Optamos por dejar el coche y buscar a pie. Encontramos lo que parece el inicio del sendero, pero teniendo en cuenta que vamos armados con un plano en francés y que la señalización da pena... Por suerte nos encontramos un joven que estaba trabajando en la obra y que nos guía por el buen camino. Gracias, garçon!
Una vez puestos en ruta los ánimos se caen al suelo... sólo subir y subir y subir y subir... ¿he dicho subir? Yo no podía más, pensaba que volvería a ver el yogur del desayuno. No, si ya llegamos! Sí... llegamos a un sitio donde las señales te dicen que sigas subiendo!!! Si existe el infierno... era eso!! Y tras una hora y media (o algo más) de subidas llegamos a lo más alto! Y no encontramos por donde hay que continuar! ¿Se habrán olvidado de darnos los parapentes? Por fin encontramos el camino de bajada y, a partir de aquí, del "balcon", el infierno se conviertió en el chikipark más divertido en el que hayamos estado: unas vistas impresionantes, bajadas (sí!!! bajamos!!!), trozos de vias ferratas, bajadas, una vegetación preciosa, otra bajada, unas vistas maravillosas, más bajadas y, por fin... tras 2h30 de caminar llegamos a Saint Martin.
Impresionante donde esta situado, impresionante la vista desde el mirador... !impresionante que esté cerrado! ¿Porqué está cerrado? Ah! Que es viernes santo y los monasterios cierran... que gran ironía...
Tras tomar unas fotos y viendo los nubarrones negros que se nos vienen encima, decidimos bajar a buen paso el camino hasta Casteil, ya nada, media horita, con cruce de cascada incluida (que divertido). Y cuando llegamos al pueblo... Charlie, no me siento las piernas!!! Quiero una Coca Cola!!! Arrastrándonos más que andando encontramos un pequeño bar donde suministrarnos de lo básico y esencial, una silla, un bocata y una bebida fría! Y además he hecho un nuevo amigo, Sebastian, el perro de la dueña.. le das un poco de brie y es tuyo!
Más animados, con la barriguita otra vez llena, nos levantamos de la siiiillaaaa aahh! Qué dolor de piernas!!! Al coche! Y nos vamos, chino chano, a Villefranche de Conflent, uno de los Plus Beau Villages que tanto nos gustan! Pero antes, nos paramos en las Grottes de Canalettes, las grandes, decididos a no ver nada sorprendente, pero con ganas de cambiar tanta montaña por un poco de oscuridad..y además... llueve.
Y lo que nos encontramos es, en una palabra, cuevifantástico!!! Hemos visitado varias grutas durante nuestros viajes, pero no sé si ninguna tan interesante y enorme como esta: Estalactitas, estalagmitas, excéntricas, lagos, columnas, pilares... todo tipo de construcción calcárea en una única gruta, una magnífica señalización, buen gusto en la iluminación y música adecuada. Salimos de nuevo de las entrañas de la tierra bien satisfechos de nuestra aventura al más puro estilo Julio Verne!
Ahora sí, llegamos (más o menos en 40 segundos) a la ciudad amurallada de Villefranche de Conflent. Muy bonita, típico pueblo de dos calles, pero con tiendas, restaurantes, muy cuidado y animado, ya que desde aquí salen las excursiones al Fort Libéria, un fuerte del siglo XVII, que fue utilizado por Napoleón y que ahora es invadido por hordas de turistas, a pesar de ser inexpugnable.
De las dos opciones para ascender hasta el castillo (a pie 20 minutos por un camino bastante empinado o en jeep), mis piernas, no yo, eligen el jeep. Tomamos un café, compramos las entradas (qué gracia, aquí todo el mundo será familia, porque al enseñar el tiquet del bar te hacen descuento en la entrada del castillo!) y a esperar el jeep.
Cuando llega nuestra calesa vemos que el conductor tiene, al menos, los mismos años que el castillo y montamos en el coche con los Brady, una familia de 6 miembros adultos más 4 niños, ninguno mayor de 5 años, que hicieron del viaje toda una aventura... menos mal que ellos no veian como el conductor, a toda leche, no iba mirando a la carretera mientras intentaba explicarnos cosas con un extraño acento catalofrancés que no entendía nadie.
Llegamos vivos arriba y tras la visita al castillo, muy bien conservado, decidimos visitar lo más remarcable de toda esta historia, un túnel subterráneo que une el castillo con el pueblo... al menos es bajada! Cuando nos plantamos al inicio de las escaleras nuestras piernas querían huir despavoridas ante el horror que se les avecinaba. Cientos... qué digo cientos! Miles de escalones, uno detrás de otro, esperando ser bajados por piernas incautas... sin exagerar... entre 10 y 15 minutos bajando escaleras. Eran las escaleras eternas... pero al fin vemos la luz! Ah, no, que hay más escaleras... Ahora sí! Una puerta, la abrimos y por fin estamos en el pueblo! Qué experiencia, señores!
Mientras volvemos al coche intentamos poner las piernas rectas pero sufren una especie de tembleque incontrolable, rollo bailarín de samba y, en ese momento, somos conscientes de que caeremos destrozados en la cama!
Vamos al coche y dirigimos nuestras ruedas hacia el vecino pueblo de Évol, otro Plus Beau Village, muy pequeñín, con poco sitio para dejar el coche y sin mucha cosa para ver. Y regresamos al coche, andando como podemos, y recalando de nuevo en Villefranche para cenar.
Cenamos en La Senyera, nombre francés donde los haya, y tras una buena pitanza y la noche a punto de cernirse totalmente sobre nosotros y las montañas que nos rodean, pedimos al Tonto (así se llama nuestro GPS) asilo en su gran sabiduria y tiene a bien iluminarnos el camino de vuelta al hotel y, encima, dándonos ánimos ... sólo quedan 8 minutos! Y pasito a pasito y metrito a metrito llegamos al hotel, a la cama, a zapatos fuera y a....zzzzzzz
[+/-] | Dia 1: Semana Santa 2011 ... En la falda del Canigó |
Buenas noches, bona nit o bonsoir my friends!
Ayer emprendimos nuestro viaje de Semana Santa, tan ansiado, tan anhelado... aiishh que meses tan duros! En fin, cómo ayer fue imposible la conexión, vamos a explicaros un poquito nuestro inicio de viaje.
Hace mucho, mucho tiempo (vamos, desde ayer a medio día) que iniciamos el viaje hacia la montaña sagrada de los catalanes, el Canigó.
Estábamos nosotros en nuestra querida y gris Barcelona, en nuestras respectivas oficinas bajo nuestros respectivos fluorescentes, esperando que el reloj diera la hora para salir disparados con los tacones, las bolsas y el estrés, dando buena cuenta de unos bocadillos que nos permitieran robarle al día unos minutos y conseguir, así, emprender viaje lo antes posible. Las bolsas preparadas, todo en su sitio... solamente enfundarnos los tejanos y ... al coche.
Rezamos por no encontrar la Ronda parada y parece que los dioses nos escuchan!! Nada de atasco, el sol en el cielo y la carretera ante nosotros, y de esa guisa, cantando por Serrat, llegamos a la frontera y, casi sin darnos cuenta, a nuestro desvio: Perpignan. Y un poco más hacia el interior, nuestro destino: Prades. Un pueblo en medio de todos sitios y, a la vez, de ninguna parte.
Aterrizamos en nuestro hotel, la Maison 225, una preciosa casa en el pueblo, que tiene todas la comodidades (wifi -jejeje-, desayuno, habitaciones estilosas, un patio precioso, unos dueños encantadores y parquing -¿se os da bien maniobrar?). Estamos encantados.
Cómo son casi las 19h, damos una vuelta por el pueblo, que es bastante normalito, en busca de un sitio para cenar algo, y entre restaurantes completos y cerrados, acabamos cenando en el Restau rant Viet nam (no, no se me ha olvidado escribir... os juro que los espacios estan ahí), que resulta ser un vietna mita (jaja) que está mucho mejor de lo que parece desde fuera. Totalmente recomendable!!
Y cuando llegamos al hotel...aish por favor! que no veo ni la cama! ¿Pero cómo vamos a dormir 10 horas? Pensamos cuando ponemos el despertador a las 8.30, teniendo en cuenta que nos vamos a dormir a las 22.30... todo se puede intentar, vamos, que si hay que hacerlo... se hace.
Buenas noches!!
[+/-] | Ande Andaremos?... El resurgir de los viajeros |
Buenas a todos!!!
Tras meses y meses de silencio volvemos a darle vida a nuestro querido blog.
El veranó de 2010 pasó... y llegó Lisboa, maravillosa, magnífica, decadente como sólo ella sabe serlo, con sus pasteis y su porto, sus fados y su ropa tendida ¿qué decir de Lisboa que no haya dicho ya la gran Amalia?
Y Lisboa quedó en nuestro recuerdo y con el otoño llegó Bruselas, su frío y su chocolate, su maravillosa cerveza y su minúsculo Manneken Pis. Y Brujas, con sus canales y su humedad y ese francés extraño y ese flamenco incomprensible. Qué dulce recuerdo.
Y llegó el invierno... y pasó (que os pensabais!! que no viajamos tanto, leches!!)
Pero con la primavera... volvemos a la carretera!! Primero: Cadaqués con su tranquilidad, sus playas, su pescadito, sus paseos y barco y su capacidad para hacer olvidar cualquier estrés, i Porlligat, con su surrealismo Daliniano, sus gatos y su mar plácida y serena.
Y llegó la tan ansiada... Semana Santa 2011.
Y os preguntareis: Esta gente... ¿ande andará?