viernes, 23 de julio de 2010

Día 12: Chateaux, Castillos, Castles

Ça va!?

Tras la jornada agotadora de ayer hoy las piernas nos pesaban un quintal cada una pero, aún así, hemos conseguido levantarnos de la cama.


Hoy decidimos tomarnos la vida un poco más con calma y tras hincharnos a pan con mermelada casera introducimos en el TomTom nuestro primer destino: Azay-le-Rideau, un pequeño castillo en gran parte rodeado por un estanque, pequeño pero muy bonito, con mucho encanto! Y además está situado en medio de un pueblo con unas tranquilas calles peatonales donde tomar un café. Eso sí, menudo chaparrón nos ha caído. Había que vernos, los dos bajo un miniparaguas, apretujaos y buscando un árbol bajo el que cobijarnos (lugar perfecto para una tormenta, sí, claro!).


En fin, habiendo sobrevivido al diluvio y al café continuamos camino hacia Rigny-Ussé, para ver su castillo, que es conocido como el castillo de la Bella Durmiente, ya que en él se inspiró Perrault para escribir el cuento y ha sido decorado de la antigua película de la Bella Durmiente del Bosque. Por fuera es realmente precioso, de cuento, pero el precio de la entrada nos ha hecho no verlo por dentro (16 eurazos por persooonaaaaa!!!). Igualmente, nos habian avisado que por dentro deja mucho que desear, así que... a otra galette mariposa y al coche de nuevo.

Ahora nos dirigimos a Langeais donde vemos su castillo medieval (también por fuera, todo hay que decirlo, nos fastidia pagar 9 euros por entrada para ver salas vacias y muros medio derruidos). Justo al lado nos encontramos un rincón encantador, un río con sus nenúfares, sus patos y su cascadita... pa quedarse un ratito embelesado con el sonido del agua! Y entre eso y el olorcito a cerdo asado que venía....(estaban preparando un mercado nocturno y estaban asando un cochino... se me hace la boca agua de recordarlo...). En fin! Que sin mucha más cosa que ver en ese pueblo cambiamos de tercio y nos vamos a Villandry, otro de los castillo del Loira.


La peculiaridad de este recinto no es el castillo sino los maravillos jardines que lo rodean y lo bueno que tiene es que se podía comprar la entrada sólo para los jardines, que son Patrimonio de la Unesco. Realmente impresionantes, enormes, preciosos, increibles y, además, un cambio en nuestra ruta de visitas "castelliles" porque el castillo, lo que es estar, estaba, pero de fondo. Eso sí, abejorros, abejas, avispas y toda serie de bichos voladores no identificados rondaban por los jardines pero el esfuerzo merece la pena, sí señor.

Embelesados con tanta belleza y tras salir escopeteados de una panadería donde pretendiamos comprar algo de merienda (había avispas encima de las tartaletas, de las barras de pan, de los croissants... un infierno, Charlie!) decidimos anular le goûter e ir a Tours a acabar de pasar la tarde y cenar algo.

Un poco de shopping, un poco de turismo (olé por la Catedral y el casco antiguo), una cervecita en una taberna inglesa y un buen plato de pasta.

Puff, necesitamos un buen sueñecito... cómo cansa estar de vacaciones!

km. 179
km. acumulados 3377

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La Bella Durmiente que se ha cansado del castillo y se quiere costear un charlé en Marbella, que en Francia llueve mucho...

Dios mío, me hubiera gustado verte por un agujerito, subida a la chepa del Sergio y gritándole a todo bicho viviente... jajajajajaaja...

Y la taberna inglesa, ¿qué? ¿Para cambiar de aires?

A ver si descansais un poquito, ¿vale? Besotes a los dos

Los Truskys dijo...

Que no! Que me he portado mu valiente con los bichos! Casi no he corrido y no he usado mis superpoderes ni una vez!!!!

Ahora estoy escribiendo y me está mirando la cama... se me cae la baba na'más de verla...

Mary dijo...

Qué jardines más megachulos!!!
No me extraña que vivan ahí Maya, Willie y compañía...