sábado, 27 de agosto de 2011

Día 13: de Bihac a Zagreb

Pues allá vamos de nuevo!

Nos levantamos por la mañana en nuestro maravilloso hotel, sin ruidos, sin discotecas ni bares musicales, escuchando sólo el ruido del río.. qué gozada.

Un superdesayuno en una terracita viendo la cascada y ponemos rumbo a uno de los destinos estrella del viaje: el Parque Nacional de los Lagos de Plivitce.

Así que poquito a poquito, sin tentar a la policía en los escasos 15 km que nos separan de la frontera croata, vamos acercándonos a nuevos territorios! Una vez traspasada la aduna, podemos decir que nuestra estancia es Bosnia ha sido mejor de lo que esperábamos, hemos encontrado una gente amable, un país hermoso, donde el turismo aún no se ha hecho un hueco y podemos disfrutar del encanto de la falta de comunicación (porque todo ha ido bien, claro). Con buen sabor de boca llegamos a territorio croata (macedonio según los satélites de nuestros móviles) y, algunos carteles de "cuidado mina" más tarde, llegamos a la entrada del parque natural.

Está superbien organizado, a la entrada una enorme zona de aparcamiento entre los árboles, tiendas de souvenirs, restaurantes... compramos nuestros tiquets y decidimos la ruta a hacer, ya que hay marcadas 5 o 6.

Escogemos la más visitada y allá vamos, primero montamos en una especie de tren-bus y luego, a pata, bajamos visitando lagos, lagunas y cascadas.

No hay palabras para describir la belleza de ese parque. Los lagos de aguas totalmente transparentes reflejan los rayos del sol, los peces nadan, a 2 cm de nosotros, la vegetación submarina queda visible a nuestro ojos, los árboles hundidos con su aspecto fantasmal, las libélulas que sobrevuelan el agua de color turquesa...

Y riachuelos y minicascadas por todos lados, entre el tupido follaje que cuelan los rayos del sol creando luces increíbles, es imposible no quedar maravillado.

Y cuando menos lo esperas, una cascada, impresionante, alta y más allá, otra, y todo se convierte en una espiral de tonalidades de verde mientras el agua te salpica la cara y el sol te calienta el espíritu. Qué maravilla.

Y para finalizar, un pequeño barco te hace surcar las límpidas aguas para llegar al final de la ruta. Las 3 horas que dura se convierten en un suspiro ante tanta belleza. Realmente merece la pena la visita.

De nuevo en la zona de recreo, decidimos comer algo (pollo asado y hamburguesa) para continuar nuestro viaje a Zagreb sin preocuparnos por la hora.

Así que, encantados por todo lo que hemos visto, ponemos rumbo a la capital del país, esperando aprovechar nuestras últimas 2 noches en Croacia.

Tras una entrada tranquila a la ciudad y dejar nuestras cosas en el hotel, damos un paseo hasta el centro (bueno, media hora bien bien) y comenzamos la visita.

Nos encontramos con una ciudad animada, llena de gente. Una parte de ella son calles anchas, elegantes y otra parte está formada por pequeñas casas que le confieren un aire más medieval. Todas ellas repletas de cafeterías y terrazas donde tomar algo.

Así que tras un buen paseo y un zumo, decidimos cenar algo y volver hacía el hotel.

Nos paramos en un restaurante recomendado por nuestra guía de viaje, un local informal donde preparan pescado frito, así que allá vamos, con algo normal para variar!!

Luego cogemos el tranvía de vuelta al hotel y a dormir, que para mañana hemos dejado pendiente otro de los barrios de Zagreb.

Un besooo

Km. 202
Km. Acumulados 3503

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