miércoles, 31 de agosto de 2011

Día 19: de Portogruaro a Génova

Andarines! Qué esto se acaba!

Tras una noche de frío (Portogruaro es como el desierto, mucho calor de día y mucho fresco de noche) y una ducha revitalizante, otra vez a la carretera…

En menos de 10 minutos vuelvo a recordar lo mal, pero lo terriblemente mal, que conducen los italianos (lo siento por los que conduzcan bien pero…). Hemos llegado a la conclusión que a los coches en Italia no les ponen intermitentes, porque ninguno lo usa. En la autopista van o a 150 o a 50, no tienen término medio, les da igual invadir tu carril, de hecho muchos circulan entre dos carriles, te adelantan por la derecha, en línea continua… una gozada. Y si a esto sumamos unos … 3 camiones por metro cuadrado en la autopista, pues la fiesta es completa. Con los Spaghettinis detrás achuchándote a 130 y una barrera delante de ti ocasionada por un autobús que está adelantando a un camión que a su vez está adelantando a otro camión sale lo peor del español que hay en un conductor. Insultos Trozzo di porco!!! Como no sé italiano me los invento!! Y viva el claxon! Hasta que me duele el brazo de tanto pitar!! Y así… 4 horas y media… qué estrés!!!

Y cuando ya parece que llegamos a Génova, nuestro destino de hoy, nos encontramos con la peor entrada a ciudad grande que hemos visto nunca. La autopista de 2 carriles baja la velocidad a 80 y se transforma en una “autopista de montaña”. ¿A 80? Había curvas que era mejor cogerlas a 60. Y venga señales de curvas peligrosas, y genoveses a toda leche, y trailers… qué horror!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Un poco asustados por los comentarios que habíamos escuchado sobre nuestro nuevo hotel, lo primero es situarlo, lo cual no es muy difícil puesto que está en una calle superprincipal. Hasta aquí, benne. Problema: el hotel tiene parquing, pero ni sabemos donde ni como llegar, así que tras dar un par de vueltas dejamos el coche en una zona azul, y maletas en ristre nos acercamos al hotel.

Nuestro nuevo hogar provisional está situado en la tercera planta de un edificio. Tras sobrevivir al ascensor de la muerte, que calculamos tendrá unos 200 años, así por encima, el atento chico de la recepción, con un escaso español pero muy bien intentado, nos explica donde está el aparcamiento.

Tras ver nuestra sencilla pero cómoda y limpia habitación, recogemos nuestro coche y al parquing, que es el de una especie de Corte Inglés.

Miramos el reloj y no hay mucha opción más que acabar en el McDonalds. Así que unas sanísimas hamburguesas y a visitar Génova!!!!!

Qué gran decepción… no hay nada de Marco…. Pero bueno, callejeamos, visitamos el puerto antiguo, el casco histórico, la preciosa catedral y … los guettos… porque menudos guettos.

Con sus estrechas calles llenas de tiendas, podemos decir que Génova no tiene nada especial, sin ser una ciudad fea. Los estrechos callejones que llevan a los patios interiores nos hacen recordar los dibujos de Marco, cuando corría por esas calles con su parche en el pantalón para ir a buscar carta de su mamá… que penica…

En fin, visitamos palacios, plazas, iglesias de estilo gótico pisano y la casa de Cristóbal Colon, que no en vano era genovés, como los grandes marineros. Un poco más de callejeo y las tiendas empiezan a cerrar, poco a poco, mientras los carteles de las locandas y las trattorias van iluminándose.

Momento de volver al hotel, a descansar, a cenar un poco y a preparar la ruta de mañana: Arrivederchi Italia… Bonjour, France!

Km. 457
Km. Acumulados 4707

1 comentario:

PAPI dijo...

Bueno poco a poco se llega lejos ,lo peor de todo es que si teva bién da penita, pero si te va mal lo mejor es acabar cuanto antes.

PERO LO VUESTRO ES LO PRIMERO . YYYY DAAAAA PENITAAAAAAAAAAAA MUUUUCHA PENITAAAAAAAAAAAAAAAA XDDDDDDD <3 <3 <3