lunes, 29 de agosto de 2011

Día 16: de Pohorje a Ljubljana

Buenas andarines!!!

Nos levantamos en Pohorje, en medio del silencio, de la montaña, qué gozada, qué tranquilidad, incluso parece que la barriguita va un poco mejor. El tiempo ha refrescado (menos mal porque nos íbamos a morir) y... esta noche ha llovido! Pobre mi coche, que estaba lleno de polvo, ahora está lleno de barro...

En fin, un desayuno frugal y ponemos rumbo a Ljubljana, capital del país. El plan es llegar al albergue que tenemos reservado para las próximas dos noches, dejar las maletas e ir a la zona del lago de Bled y la el Parque Nacional de Triglav.

Así que, aprovechando que por fin en Eslovenia el GPS tiene el 100% de los planos, llegamos sin problema hasta el hostel... la cara que se nos queda no se paga con dinero. Nos da la sensación de entrar en una zona de guerra de bandas-pandilleras. Haceos una idea: parededes pintadas y grafiteadas a más no poder, jóvenes con botellas para arriba y para abajo, nos asomamos a lo que debe ser el recinto del albergue, que ocupa una antigua cárcel y que, de hecho nos planteamos si los delincuentes han dejado de habitarla. Todos los módulos que componían el recinto pintados, el patio de la cárcel también... aish... y por lo que hemos podido comprobar todo el mundo pone la misma cara...

¿Y aquí hay que dejar el coche? Esa es nuestra mayor preocupación.

Entramos al albergue un momento y, la verdad, es que tiene muy buena pinta. Dejamos el equipaje, esperando encontrarlo a la vuelta y nos vamos de ruta intentando no pensar en el trocito de Bronx donde tenemos que dormir.

Hacemos un alto en el pueblo de Skofja Loka, llamado la ciudad museo por la cantidad de edificios bonitos e interesantes que tiene, y la verdad es que merece la pena una parada. Con un casco antiguo pequeño (aunque creo que no era casco antiguo, sinó que era todo el casco) lleno de construcciones interesantes, una iglesia con altares de mármol negro (poco visto, la verdad), atravesada por el río... Molt bé!

Ahora ponemos rumbo a Bled y, como se nos viene la hora encima, hacemos un alto para comer en un restaurante de carretera, bueno, de carretera no, que estaba en un pueblo. Hemos aterrizado en una Gostilna, que son restaurantes pequeños, tipo mesón, regentados por una familia y donde todo es supercasero. A ver si puedo comer algo.

La verdad es que era como estar comiendo en casa, un comedor no muy grande, un mantel de flores, mesas grandes... llega el camarero y nos pregunta: ¿qué quereis comer?... Nuestra cara es un poema... no hay carta, no hay menú escrito, no hay nada... aprovecho la ocasión y le pido arroz blanco y pollo a la plancha (a ver si hay suerte y me he hecho entender), así que tras mi extraña petición, el camarero le relata a Sergio la lista de lo que podía comer, y cuando acaba con su retahila Sergio pide... eso último! eso! Porque le ha sonado a snichtel (carne rebozada, vamos) y eso sabe lo que es. No hay que dudar que era un restaurante familiar, iba llegando gente, el camarero reía, les saludaba, salía la cocinera, se sentaba en las mesas... y empieza a llegar la comida. Para Sergio, una sopa, con fideos, que olía de bieeeen... y luego mi plato de arroz con pollo (Qué bien!!!!!), un plato de ensalada y el plataco de Sergio con un filetón rebozado, arroz, puré de patata, flan de verduras, una especie de pastel de carne relleno de pan con salsa... vamooooos... y yo con el arroz blanco... Y ya, sin preguntar, a Sergio le trae el postre, macedonia con nata y yo me pido una Kamilica (más manzanilla, estoy hasta el moño!!). Qué bien hemos comido!!! Pero lo mejor ha sido cuando el camarero ha venido con el rollo de papel de aluminio para ver si queríamos llevarnos los restos... magnífico!!!!!!!!!!!!!!

Con las panzitas llenas, llegamos a Bled. Una preciosidad. La vista del castillo sobre el lago es impresionante, la isla en medio del agua con la iglesia es espectacular y las montañas del fondo quitan el hipo. Dispuestos a disfrutar bien del paisaje decidimos subir en el teleférico a lo alto de una colina desde donde se ve el lago y el castillo y resulta que el teleférico no era tal, sinó un telesilla. Pos venga, como nunca hemos montado en telesilla allá vamos!!! Dios..., ahora recuerdo que tengo vértigo!!! Qué nervios! Qué alto! Con los piecicos colgando a miles de millones de metros (cómo mínimo) del suelo! Y qué lento!! Ni las fotos me salian, oiga!!

Y por fin llegamos, sanos y salvos a lo alto de la colina y las vistas bien merecían pasar unos pocos de nervios.

Ahora toca bajar, podíamos haber bajado en una especie de dragon khan individual por la colina o por el telesilla, pero como no teníamos claro qué era... pos al telesilla otra vez... ahora sí que da impresión porqué ves que el porrazo será monumental!!!

Abajo otra vez, y feliz de no haber muerto, reconozco que ha sido divertido el tema del chairlift, pero por hoy ya está. Ahora, tocando con los pies en el suelo, andamos por el paseo que tienen habilitado a lo largo de todo el margen del lago y llegamos al pueblo. Resulta que estan haciendo no sé que mundiales de remo y está todo lleno de gente, marcadores y banderitas de distintos paises.

Llenos de Bled, ponemos rumbo al lago de Bohinj y al Parque Nacional de Triglav. Qué paisajes, prados verdes, verdísimos, que parecen pintados, con sus casitas al más puro estilo alpino salpicando las llanuras y, al fondo, envolviendolo todo, las montañas, cada vez más altas.

Llegamos al lago Bohinj, enclavado entre montañas, nada tiene que envidiar al de Bled en lo que a naturaleza se refiere, gente bañándose, yendo en barca o canoa, tomando el sol que se cuela entre las cumbres de las montañas... aish, qué bonito!!

Y ya que estamos aquí, adentrándonos más en el Parque, intentamos llegar a unas cascadas. Mientras vamos por la carretera de curvas, hay un momento en el que se hace de noche, hasta el coche enciende las luces. La vegetación se vuelve tan frondosa que no deja pasar ni un rayo de sol y nos da la sensación que el reloj ha avanzado, de repente un par de horas. Avanzamos y avanzamos y el bosque que nos rodea cada vez se presenta más sombrío, altos árboles con delgados troncos crecen en un suelo plagado de rocas, llenas de musgo... un espectáculo precioso!!

Y de repente llegamos a un parking, por fin! Aunque a pesar de todo decidimos no visitar la cascada, ya que hay un buen paseo y tampoco es que sea muy temprano, tomamos algo en una cafetería y tras respirar el aire puro de la montaña, ponemos rumbo a Ljubljana.

Cuando llegamos, tal y como nos han indicado esta mañana, metemos el coche en el recinto de la cárcel-hostel, por una entrada medio escondida entre dos muros (con barrera, eso sí) y tras atravesar toda la comuna hippie-punky-okupa donde estamos dejamos el coche en la puerta de la recepción del hostel.

Una vez dentro, la verdad es que el Hostel es de los mejores que he visto, bar-restaurante, terraza, zona de copas, lavandería, cocina... ahora toca ver la celda que nos ha tocado. Cada celda ha sido reformada y decorada por un artista, a ver qué tal. Entramos en el corredor principal de la primera planta (a la que hay que acceder ya con llave) nuestra celda es la 106, abrimos la puerta de metal que da al pasillo y... otra puerta... la de rejas!!!! Qué guay!!! Abrimos esa y... no hay cama. La cama está arriba!!!! Nos ha tocado una celda, que ahora, a la mañana siguiente, no está tan mal. tiene un par de armarios, dos taburetes y una mesita y, la cama está encima de la puerta... pero está alta... espero no caerme... Rejas en las ventanas, golpes metálicos cada vez que alguien abre una puerta... qué molón es esto!!!!

Tras cenar en el albergue (una pizza congelada y un sandwich de jamón y queso con pan congelado... me recuerda a mi tortuga... Pelotilla!Cómo estarás?!) a dormir, bueno, a esperar que el americano que está sentado en el patio, debajo de nuestra ventana, acabe de reir y de decir sorry sorry. Pero la verdad es que una vez alcanzada la cama, se duerme bastante bien, ahora sólo hay un problema... ¿cómo bajamos de aquí arriba?

Besitos!!!

Km. 304
Km. Acumulados 3930

2 comentarios:

PAPI dijo...

Ya te dije que en un viaje tan largo encontrarias de todo. Me alegro mucho que tu barriguita este mejor.

Tete dijo...

Pero vosotros no habíais ido a Eslovenia? Que haces en EEUU? En pleno Bronx? O habeis ido a La Roca? Jajajajaja

Altares negros? Qué satánico...

Kamilika paquí, kamilika pallá...
Al menos sirve de algo...

Eso sí con los sustos de la telesilla, a ver si se te va a cortar otra vez la comida, jajaja

Qué bonitas las fotos...

A dormir... o a escaparos, jajaja... lo que yo os decía... ¡La Roca!

Y la pregunta del millón es: ¿Porqué un sandwich congelado te recuerda a tu tortuga? Aunque tal vez sea mejor no preguntar, jajaja

Besotes. Tete