martes, 16 de agosto de 2011

Día 2 - De Saint Paul a Piran

Buenas a todos!

Aquí viene nuestro segundo día, otro día de tránsito hacia nuestro destino. Un día durillo.

Nos levantamos prontito, para abandonar Saint Paul de Vence a las 7 de la mañana, puesto que el camino que nos falta hasta nuestro próximo destino es largo, Piran. Una gozada atravesar el precioso pueblo cuando aún nadie anda por sus calles, totalmente en silencio, escuchando el ruido del agua y caminando despreocupadamente, sin esquivar guiris despistados y habitantes irritados.

Como ya nos conocemos la autopista que tenemos por delante, nos armamos de valor y de paciencia, para hacer frente a uno de los peores tramos de autopista por las que hemos pasado en nuestras andaduras europeas. Pasado Mónaco, una vez en territorio italiano, las curvas, cambios de velocidad, malos peraltes y, lo más fuerte, autopistas en curva y sin ninguna línea divisoria de los carriles… hacen que a las 3 horas de viaje tengamos el cuello agarrotado, la espalda tiesa y las piernas estresadas. Pero cómo conducen!! Es como el chiste, va un español, un francés y un italiano conduciendo por la autopista… ¿de quien es la culpa? Menos más que a medida que nos vamos adentrando en el país la carretera mejora, las curvas desaparecen y el tráfico disminuye.

Agotados y desesperados, decidimos hacer un alto en Sermioni, cerca del lago di Garda para comer y cual es nuestra sorpresa cuando para salir de la autopista encontramos una cola impresionante!!!! Tras 15 minutos para alcanzar el peaje, nos detenemos a comer en una pizzería que no sirve pizzas, y donde a pesar de saber inglés, pasan de ti y te traen lo que quieren y, claro, acabas hablando en indio para ver si así te entiendes.

Azuzados por el reloj, dejamos para otra ocasión la visita del lago y ponemos rumbo a Trieste, en la frontera italiana. La verdad es que el camino hasta allí pone los dientes largos a cualquier turista que se precie. Durante nuestra travesía por la autopista pasamos por Turín, Milán, Verona, Mantua, Pádua, Piacenza y Venecia… menudos destinos! Menos mal que los conocemos todos, sino nos habría dado un ataque!!
El caso es que por fin llegamos a Trieste, un paseo por su puerto y sus calles y poca cosa más, también hay que tener en cuenta que es domingo y todo está cerrado.



Así que volvemos al coche y ponemos rumbo a la frontera, haciendo una parada en un pueblo de cuyo nombre no quiero acordarme (bueno, querría, pero menudo nombre… no he conseguido retenerlo) donde, parados en una acera, intercambiamos los planos del GPS, ya que nuestro navegador actual no tiene Eslovenia, Bosnia o Croacia.
Una vez actualizados, nuestro Tonto no sabe pa donde ir. Italia? Eslovenia? Se pierde. Ahora flotamos en la nada, ahora aparecemos en una carretera… qué horror!! Tras una parada estratégica para comprar unos chips de manzana sin grasa y la viñeta para las autopistas eslovenas (30 euros para un mes), hacemos caso de nuestro sentido común y avanzamos hacia la autopista que nos acercará a nuestro destino, Piran, con la esperanza de llegar antes de que nos cierre la recepción del hostal!! Por suerte el camino se hace corto y una parte de él se hace por una carretera comarcal sencillamente impresionante que va al lado del mar, con la puesta de sol y una canción romántica, el trayecto se hizo maravilloso.

Una vez en Piran, siendo restringido el acceso al pueblo (sí, parece que sólo vamos a pueblos superrestringidos…) tenemos que dejar el coche en uno de los aparcamientos que hay antes de llegar, desde donde una navette (llámalo shuttle, llámalo autobús gratuito) nos acerca al centro del pueblo.

Del pueblo, mucho, no hemos podido ver, pero sí lo suficiente para decir que es una preciosidad. Casitas de colores, un paseo marítimo precioso, rocas que separan el mar de las casas, una puesta de sol increíble, gente paseando, restaurantes, y el Adriático bañándolo todo.

Una vez dejadas las cosas en el albergue, salimos a cenar, y tras una pizza y unos “cepvicicis” o algo así, damos un paseo bajo la luz de luna, escuchando el murmullo de las olas y de vuelta a nuestro alojamiento, porque hoy, ya no podemos con nuestras almas.

Mañana más.

Km: 780
Acumulados: 1452

3 comentarios:

PAPI dijo...

Esto parece divertido.Asi queadelante que esto promete ser un buen comienzo

Anónimo dijo...

Vaya día... ¡autopistas sin carriles! ¡Qué horror! ¡Qué stressssss! Y mira que iros a Italia a hablar hindi en una pizzeria sin pizzas... jajajaja ¡parece un chiste surrealista! Y el Tonto, como su nombre indica.. tonto, jajjaajja... Por último... lo que comisteis se llaman "cevapcices"... ¿Te acuerdas de los restaurantes Viena de aquí? Pues ahí los llaman "zipizapes"... ¿te suenan ahora? Besotes... Tete

Los Truskys dijo...

Los "cevapcices" eran como nuggets de carne pero sin rebozar, como cachos de carne pequeños, alargados y especiados. ¿zipizapes? No se si a tu hermana le sonará pero yo no lo había oído...