martes, 16 de agosto de 2011

Día 3 - Costa de Istria

Hola holita!

Tras una noche movidita en la que nos ha costado bastante dormir ( fin de semana, fiesta, pueblo de costa, agosto… mucha gente en la estrecha calle, a TODAS horas, con un buen eco, estamos hartos de dar vueltas en la cama), nos levantamos decididos a visitar la península de Istria, o al menos, todo lo que podamos!

Así, alegres, nos dirigimos a la plaza principal de nuestro precioso pueblo y nos tomamos unos cafeticos con leche y una cosa típica de hojaldre con queso… hay que coger energías para pasar toda la mañana dando vueltas.


Cogemos el autobús que nos lleva en 5 minutos (si llega) al aparcamiento “Fornace” en el que hemos tenido de dejar el coche al más puro estilo Venecia. La verdad es que barato no es, pero es lo que hay (15 euros las 24 horas) y, además, te despreocupas del coche totalmente.

Una vez ubicados en nuestra fiel montura, ponemos rumbo a la frontera croata… sin haber cogido los pasaportes!!! Menos mal que estamos en la UE y con el dni pasamos sin problemas. Ahí vamos! Los Truskys invadiendo otro país, ni los Escipiones, tú! Y tras un trayecto no muy largo hacemos nuestra primera parada, Porec.

Dejamos nuestro coche en un aparcamiento y lo primero que hacemos es acercarnos a un cajero para sacar kunas, la moneda que utilizaremos en Croacia. Aquí empieza lo divertido… ¿y cuanto sacamos? ¿Cuánto vale una kuna? Y aquí estamos, en medio de Istria parados mirando al cielo con cara de ignorancia esperando ser iluminados por el espíritu de la Gran Calculadora del Mundo y contando con los dedos, recordando nuestros tiempos de mozalbetes repitiendo la tabla de multiplicar del 7… aish… en fin, que 1 euro son 7,4 kunas… como veréis, el cambio no es fácil…
Dejando a un lado nuestra incapacidad para el cálculo mental, nos disponemos a visitar el bonito pueblo, sembrado de turistas, pero lleno de vida, restaurantes y tiendas, con un cuidado centro histórico y donde encontramos una iglesia patrimonio de la Unesco… que no podemos visitar porque están de misa y no acaba hasta dentro de … 3 horas!!!! Qué rabia.

En fin, una vez hecho el recorrido turístico y ante la imposibilidad de esperar más de 2 horas y media en tan pequeño lugar, decidimos obviar la visita a la iglesia y continuar viaje, cerca de la costa, hasta nuestra siguiente cruz en el mapa, Rovinj.

En el camino a Rovinj hacemos un alto en el canal Limski, que no deja de ser un fiordo, donde la gente acude a bañarse, hay alquiler de barcas, etc… un remanso de paz y tranquilidad, una verdadera preciosidad que queda escondida tras los árboles que circundan la carretera.

Animados por el bello paisaje llegamos a Rovinj. ¿Qué decir? A mi me encantó, un bonito puerto deportivo rodeado de casas de colores llenas de restaurantes (un poco como todos los pueblos costeros) pero con un casco viejo realmente bonito. Si obviamos la típica calle principal que lleva hasta la iglesia que hay en lo alto del pueblo y que está llena de tiendas y extranjeros en chanclas y calcetines, y nos adentramos por las calles aledañas, empinadas, con sus ventanas con flores y su pintura desconchada, sus pequeños bares y sus rincones soleados, llegaremos hasta la iglesia habiendo disfrutado un poco más de la esencia del pueblo. Desde allí arriba, unas vistas magníficas del Adriático. Sin duda merece la pena.

Tras comer unos bocadillos de pollo rebozado (tras hacer la serie de cuentas matemáticas pero ahora con la calculadora del móvil, claro), nos asombramos de lo desconfiados que somos… que si seguro que nos cobran de más, que nos querrán timar por ser guiris, que ahora a ver cuánto nos cobran de servicio… pues no! No estamos encontrando un país demasiado caro en la alimentación (las bebidas sí que suben un poco más) , por ejemplo, los dos bocadillos, con dos bebidas, en un restaurante en el puerto menos de 12 euros. Vale, no es barato pero…



Tras Rovinj, ponemos rumbo a Pula, donde nos sorprende el buen estado de conservación de su anfiteatro romano. Aviso a navegantes, se ve perfectamente desde fuera, caminando por el parque que hay al lado derecho de la entrada se ve todo el interior maravillosamente, así que podéis pagar la entrada de 20kn si os apetece pagar o si queréis ver el museo, pero si sólo queréis ver el anfiteatro, no hace falta gastarse el parné. Como ciudad, Pula es la menos bonita de las tres que hemos visitado hoy, así que un helado de chocolate y melón, una vueltita y para el coche.

Una vez aquí, decidimos empezar a dirigirnos de nuevo al norte, hacia Piran, con la intención de no llegar tarde y poder dar una vuelta por el pueblo y, de paso, ver el atardecer en el Adriático. En lugar de ir por la autopista, decidimos ir por las carreteras secundarias, para intentar ver alguna cosita más, animados por lo temprano de la hora, así que chino chano paramos en Svetvincenat, un minúsculo pueblo con una bonita plaza, a la que le damos la vuelta y ya está visto! 10 minutos a lo sumo. Y de ahí, aprovechando que la ruta marcada por el GPS pasaba, nos paramos en el pueblo abandonado de Dvigrad, donde, también, 10 minutos bastan para visitarlo, sobre todo cuando escuchamos a la niñita extranjera decirle a su mamá… “guachipu aguachipeig escorpión” y señalando graciosa una piedra del suelo. Miramos nuestros pies, que buen día para ir con chanclas, y decidiendo, en el instante, que
ya estaba bien de ciudad abandonada!

Ya poniendo rumbo a Piran, dejamos que nuestro Tonto nos guíe hasta el… infierno… y no una, sino dos veces… su maravilloso plan de viaje nos mete en una carretera sin asfaltar, llena de baches, boquetes y piedras. Decidiendo que no queremos hacer Dios sabrá cuantos kilómetros por esa carretera, cambiamos la ruta diciéndole que nos lleve por la autopista, no puede ser tan difícil llegar puesto que la vemos, todo el rato, a nuestro lado. Pues volvemos al infierno entonces, nos mete por otra carretera peor si cabe que la anterior, a 100 metros un desvío, bueno, pensamos, llegaremos a otra carretera… no! Se supone que llegábamos a la autopista!! Y sí, llegar llegamos, pero el problema es que estamos debajo de la autopista!!! Y venga camino de tierra y le decimos que no queremos carreteras sin asfaltar y el GPS erre que erre… Qué desesperación!!! Reculamos, con el rabo entre las piernas, durante varios kilómetros buscando una entrada a la autopista y… por fin! Ahí está! Nunca nos alegramos tanto de entrar en una vía rápida!!! A partir de este momento, nuestra confianza en el navegador ha disminuido 100 puntos (de 100) aunque, en un plis plas, llegamos a la frontera, cambiamos de país y alcanzamos nuestro Piran querido sin más altercados.

Dejamos nuestro coche (ahora blanco por el polvo) en el aparcamiento y llegamos a nuestro hostel. Nos cambiamos y vamos a dar una vuelta por el pueblo y, sobretodo, a ver el impresionante atardecer. No hay palabras, sentados en una roca en el paseo marítimo atestado de gente, el silencio acompaña al sol mientras se va a dormir. El agua se va tiñendo de rojo y la gente que nada en el mar parece formar parte de un ritual místico, hermoso. Hasta las olas desaparecen mientras el sol se va ocultando en el horizonte y el mismo cielo parece en llamas. Una maravilla.



Y cuando por fin el sol desaparece, el paseo cobra vida, la gente sale a la calle, los restaurantes se llenan y nosotros nos metemos entre pecho y espalda una parrillada de carnes en un local del paseo marítimo, con una cervecita fresquita!!! Ui, que morriña, que cansancio…

Ahora sí que nos podemos ir a dormir a gusto.

Km: 237
Acumulado: 1689

3 comentarios:

Papi dijo...

Aveces el TOMTOM hace el tonto y lo peor es que es como un niño con una rabieta. Pero como a todos los niños ,también se le pasa. Que envidia de esa puesta de sol

Anónimo dijo...

Si no puedes contra ellos.. ¡únete a ellos! jajaja ¡Haber salido de fiesta! Total, tampoco habéis dormido, jajajaja.
Estas cosas del cambio se tiene previstas antes... se hace uno una tablita de correspondencias... se lleva una minicalculator...y si no, para eso están los dedos, jajajja...
...¡Toma misa!...
Perdona, ¿has ido últimamente a un Pans & Company? ¿Cuánto te creees que te cuesta un bocata y una bebida? Y en un entorno mucho menos idílico...
Mira que bien... ya sabemos una nueva frase para librarnos de vosotros... "aguachipu guachipei escorpión" y desapareceis... jajajaja
JAJAJAJAJAJA ¡Tú fiate del Tonto! JAJAJAJAJA
Y qué bonita la foto... Bieeeennn
Besitos y hasta mañana... Tete

Los Truskys dijo...

Si yo llevaba el conversor de favorito en el móvil con el cambio puesto... pero uno se cansa de estar sacando el móvil todo el rato.
No si doce euros no es caro, pero hemos comido mejor más barato en este viaje, y los bocatas eran un poco cutres.