martes, 16 de agosto de 2011

Día 4 - De Piran a Rijeka

Mira tú, hoy sí que hemos dormido mejor. La gente de fin de semana ya se ha marchado y el turismo que invade el pueblo es más tranquilo.

Antes de irnos, decidimos tomar un café en un cibercafé que hay cerca del hotel y así aprovechar para actualizar este maravilloso blog. Siempre es curioso que un Ciber café no tenga internet, así que nuestro gozo en un pozo y el desayuno se limitada a un café con leche mientras esperamos el Party Shuttle (qué alta tienen la música, parece la disco!) hasta el aparcamiento. La rutina, coche, pagar, maletas y… seguimos ruta hacía territorios desconocidos!

Llegamos a la frontera croata ahora con los pasaportes preparados. ¿Por qué te hablará la policía en croata cuando la matrícula del coche pone España, el pasaporte pone España y nosotros tenemos cara de españoles? Y claro, quedas mal ante la autoridad, pero tu respuesta a su pregunta es: Eiin? En fin, tras explicarles que es nuestra primera visita a Croacia, ponemos rumbo a nuestro primer destino del día: Buje.

Cuando llegamos allí alucinamos con la de coches que hay, aunque realmente deberían ser todos de los habitantes, porque turistas, ni uno. La gente oriunda nos miraba raro, subiendo por las cuestas del pueblo, cámara en ristre, mochila en la espalda y plano en la mano. La verdad es que el casco antiguo no está mal pero tampoco es para tirar cohetes, así que una vueltica rápida, unas compricas de productos típicos a base de tartuffi y a continuar viaje.

Con un poco de desconfianza, y con un plano de carreteras de la región que nos hemos agenciado en la oficina de turismo (locos pero no tontos), avanzamos por pequeñas carreteras, en bastante buen estado, a través de verdes valles hasta llegar al pueblo de Groznjan, pueblo que abandonaron los italianos y que fue rehabitado por artesanos y artistas. Nos quedamos sin palabras puesto que nos esperábamos un pequeño pueblo, vacío, en medio de la montaña y nos hemos encontrado un lugar precioso, lleno de rincones de ensueño, de tiendas de artesanía, limpio y con unas vistas impresionantes!! Muy recomendable!!

Encantados de nuestro descubrimiento, seguimos hacia la Ruta de las Ciudades Fortificadas, adentrándonos en la península de Istria y acercándonos a nuestra próxima parada, Motovun, pueblo que conserva su núcleo medieval y está enclavado en lo alto de una colina. Vistas impresionantes a través del paseo por lo alto de las murallas que rodea el casco antiguo pero que, sinceramente, tras visitar Groznjan, no lo supera en absoluto.

Continuamos nuestro camino hacia la costa, pasando por diversos pueblos del estilo de Motovun, núcleos medievales, enclavados en colinas, pero sin nada en especial salvo su ubicación, perfectamente visible desde la carretera. Tras un trayecto no muy largo, por un bonito camino (confianza en el GPS aumentando) llegamos al minúsculo pueblo de Plomin. No tiene más que un par de calles y una pequeña Iglesia, pero precisamente por eso merece la pena hacer un alto de 10 minutos, estirar las piernas y asomarse al mirador que hay nada más pasar el pueblo, en la primera curva, desde donde se ve un fiordo (lástima que lo que haya más abajo sea una enorme fábrica con la chimenea más grande que jamás he visto).

Continuamos viaje hacia la costa, pensando en parar en algún sitio para comer. La carretera atraviesa diversos pueblos donde intentamos parar pero en los que la acumulación de turismo nos lo impide de todas todas. Pequeños núcleos que no tienen nada más que acceso, mediante relativas playas, al mar, y cuando estamos a 34 grados la cosa se complica. Así pasamos por Moscenice, Lovran y Opatija y, finalmente, decidimos ir hacia Rijeka, donde tenemos nuestro alojamiento.

Atravesando la ciudad, llegamos al albergue donde los alojaremos hoy. Sorprendente.
Está ubicado en una bonita mansión, con habitaciones dobles, con baño privado, desayuno, wifi, un personal agradable y sitio para dejar el coche en la misma calle, a 20 metros de la puerta. Gracias!!!!! Justo en la puerta, el autobús que nos lleva al centro.

Así, decidimos descansar de coche esta tarde y cogemos el autobús de la línea 1 que nos deja al lado del casco histórico (10kn el billete).

Un paseo por la calle principal de tiendas, y acabamos comiendo en el McDonalds (bueno, forma parte de la tradición visitar el McDonalds de cada país donde vamos y tengamos en cuenta que son las 15.30 de la tarde!). Especialidades del país, el McCountry y gambas rebozadas… Ei, y es más barato que en España (2 menús más una ensalada pequeña –el chico se ha equivocado pero da igual, tenemos hambre- 59kn, aproximadamente unos 8 euros).

Una vuelta por el centro histórico nos hace darle la razón a aquellos que nos decían que Rijeka no tenía nada, así que compramos tiritas, nos tomamos un cafetín y entramos al Konzum a comprar cena, unos panes, Prüst (jamón típico de la zona) ,agua y zumetes. Y con nuestra bolsa de la compra cogemos el bus que nos llevará a nuestro lugar de descanso.

Mañana nos espera un día durillo, la carretera de la costa croata que nos llevará hasta Skradin. Un buen tramo! Esperamos no encontrar mucho atasco… mañana os contamos.

Km: 143
Acumulado: 1832

3 comentarios:

PAPI dijo...

La verdad es que nos encantaria poder hacer un recorrido tan pintoresco . Pero otra vez sera.

Seguir adelante y en lo que podais nos informais , aunque sea un poquito Graciasssssss Besostes
Esto promete serchachi
? Y cuantos km llebamos¿

Anónimo dijo...

Pizzerías sin pizzas... TonTom sin carreteras... Cibercafés sin red... ¿pero de verdad os extraña? Jajajajaja
Qué envidia.. que buena pinta tiene Groznjan, ¿no?
Y mira, sin embargo, el McDonals croata es baratito...
¿El Konzum? ¿No será el Consum croata? Jajaja... si que se parecen el croata y el castellano...
A dormir.. besotes... Tete

Los Truskys dijo...

La verdad es que estamos pensando en ir a comprar pan a la mercería y el agua en la ferretería, porque visto lo visto...
Groznan es de los más bonito que hemos visto, la verdad.
Realmente el Konzum es igual que el Consum o sea que igual si que lo es, sí!!