miércoles, 13 de agosto de 2014

Día 8 – De Salzburgo a Graz



 Nos levantamos en un Salzburgo sorprendentemente soleado que nos hace embutirnos en nuestros pantalones cortos para emprender los más de 200 km que nos separan de nuestro destino de hoy, Graz.

Tras desayunar de nuevo rodeados de gallegos, arrancamos en nuestra ruta. Abandonar la ciudad una mañana de domingo es genial, no hay tráfico y la salida se hace en nada!

Atravesando hermosas carreteras en una hora y media llegamos a la primera parada del día, Hallstaat, un precioso pueblo asomado a un lago. Cuando llegamos la niebla aún baña el lago y el sol se refleja en el agua. El pueblo se va despertando y subimos hasta la iglesia. Lo realmente interesante es la cripta que hay al lago de la iglesia, llena de calaveras decoradas y huesos apilados. En el siglo XVIII se quedaron sin sitio en el cementerio y decidieron desenterrar los restos de los difuntos y acumularlos en una cripta. En cada una de las calaveras escribieron el nombre del muerto y las pintaron con decoración floral para simular la decoración de las tumbas. Lo curioso es que la última de ellas es de 1995, pues aunque ya no es costumbre hacer este proceso, una habitante del pueblo lo solicito expresamente en su testamento. Curioso. Macabro, pero curioso.

Por cierto, en el pueblo hay tres Parkings…ni se os ocurra ir al P3…está lejos pero lejos…
Tras un café para planificar la ruta seguimos hacia Admont, donde está la bibloteca monástica más grande del mundo. Es un pueblo pequeño y el monasterio es enorme. Tras ver una boda y la preciosa iglesia gótica rodeamos el lugar y entramos el jardín del monasterio… cual es nuestra sorpresa cuando nos encontramos que todo el pueblo está allí y que hay una especie de feria de productos realizados por monjes de diversos monasterios y chiringuitos de bocadillos y bebidas. Nos abrimos paso por entre el gentío mientras una orquesta austriaca toca animadas polkas y damos con la puerta de la biblioteca.

De hecho se entra a todo un complejo con el museo de historia natural, de arte moderno, etc… pero lo que realmente nos ha traído aquí son los libros. Visitamos la sala de los Incunables y, por fin, llegamos. Abrimos una gran puerta de madera y ahí está. Una biblioteca barroca, impresionante. Me siento como Bella cuando la Bestia le enseña la biblioteca del castillo. Y esta la verdad es que te deja con la boca abierta, con todos esos frescos, su cúpula, sus estatuas y sus miles de libros…. La visita realmente merece la pena.

Salimos de la biblioteca soñando con tener una de esas alguna vez en nuestra vida y, como parece que soñar nos da hambre, nos mimetizamos con los autóctonos y nos zampamos sendos bocatas de un delicioso asado al horno con mostaza y un par de bebidas de la región.

Animados por el sol y con las barriga llenas cogemos la carretera que nos indica nuestra guía que es una ruta pintoresca. El paisaje está plagado de colinas, vacas y casitas floreadas. El camino es largo pero la música en el coche nos va guiando hasta llegar a nuestro siguiente punto. Thal. ¿Y qué hay aquí? Lo mejor…. El museo de Arnold Schwarzenneger!!!! Está ubicado en su casa de la infancia y repleto de recuerdos suyos. Fotos de familia y recuerdos que hacen referencia a su vida como culturista, como actor y como governator. La verdad es que si te gusta Arnold no puedes dejar de visitar este lugar!!!!

Con una sonrisa en los labios paramos para dar un paseo por el lago que está muy cerca de la casa de Arnie para luego poner rumbo a nuestro hotel de hoy, en Graz.

Llegamos al Hotel Daniel y tras un sustito relacionado con un bordillo y la llanta del coche (una rascada ….grrrrrrrrr y acabamos de cambiar las ruedas … gggrrrrr…grrrrr) dejamos los bártulos y hacemos el paseo de 20 minutos que nos separa del centro de la ciudad.

Ya sabemos que Graz no es la ciudad más turística de Austria pero su centro histórico no está mal y, a pesar de ser domingo, el buen tiempo hace que todo el mundo haya salido a pasear y a comer helado. Asi que, como donde fueres haz lo que vieres, nos cogemos unos pedazos de helados por 1,20 y cuando el cansancio nos empieza a vencer cogemos el camino de vuelta al hotel. Justo antes de llegar a Europaplatz, que es donde nos alojamos, decidimos cenar en un paki que tiene los kebab de oferta, a 2 euros. Y qué buena elección!!! Con el pan hecho por ellos y calentito hacía tiempo que no comíamos un kebab tan rico y tan ligero.

Agotados llegamos al hotel, tomamos una cerveza mientras preparamos la ruta de mañana y a dormir, que cuando nos levantemos... Viena nos espera.

No hay comentarios: