lunes, 1 de octubre de 2012

Día 10 – Alfaro – Barcelona

Comienza el último día de las vacaciones, y, aunque ya sea de vuelta, hay que aprovechar un poco que en este pueblo están en fiestas.

Un análisis del programa y, tras desayunar, cogemos fuerzas para ir a ver el encierro! Y no… ni de coña nos vamos a poner delante de esos bichos… no visteis el tamañano de sus cuernos. Bien ubicados en lo alto esperamos que desde la plaza de toros den el petardazo de salida a los animalejos. Y vaya cómo salen! En un segundo arrancan y desaparecen de nuestra vista. Tras unos minutos el público presente se revuelve emocionado… ahí viene un chico, corriendo como alma que lleva el diablo delante de los morlacos… qué lástima… sólo uno…


Después de que una vaca rezagada hiciera las delicias de los mozos con algún susto que otro las mansas hicieron su aparición para juntar a los animales y llevarlos al redil, momento que aprovechamos para ir a ver, ahora con cámara en mano, la enorme colonia de cigüeñas que anida en la colegiata. Llegamos emocionados, mirando a lo alto de las torres y… ni un pájaro… ni uno sólo… ya se han ido a desayunar… Visto el éxito de nuestra incursión en el mundo cigüeñil damos por finalizado nuestro periplo.

Maletas al coche, música a tope y en el GPS ponemos “casa”.

Atrás dejamos las verdes montañas asturianas y cántabras, las colinas vascas, las amarillas llanuras riojanas, los áridos Monegros y la parda llanura de Lleida y poco a poco nos vamos acercando a casa y a su humedad.

La entrada a Barcelona es rápida y nada más llegar comienzan a caernos las gotas de sudor, el mínimo movimiento se hace eterno y la piel se torna pegajosa…Qué ganas teníamos de llegar a casa…

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