Un pequeño alto antes de abandonar la comunidad para dar un paseo por el bosque y visitar el Ídolo de Peña Tú y sin más dilación vamos carretera adelante, sin pausa pero sin prisa.
La hora de comer se nos cae encima y hacemos un alto en Cuzcurrita de Tiro, donde nos metemos en el primer bar para ver si nos dan algo de comer. Y que bien comimos, comida de esa casera de verdad, eso sí, bien la pagamos. Pero con la barriga llena, en breve llegamos a Alfaro, ciudad de de cigüeñas.
Una buena ducha, un rato de descanso en el hotel, y cuando el sol empieza a aflojar nos mezclamos en el barullo que alimenta el pueblo. Las fiestas patronales hacen que la gente se lance a la calle, carrozas, terrazas, chiringuitos y puestecillos llenar la ciudad.
Tras la magnífica estampa del sol golpeando las torres de la colegiata una cena rápida y al hotel, a descansar para afrontar mañana los kilómetros que nos separan de casa.
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